miércoles, 16 de junio de 2010

EL DORADO (Parte 1)

¡Brindo por ello!


Visibilidad: peladero de consumistas, hostil desierto de tripas golosas, desvarío climático de maltrato a la palabra. Temperatura: grúas y escases de ladrillos. Calenda: Día 01, Mes 01, Año 01.




- Compañeros, ya ajustamos el robo número mil a las nutridas joyerías españolas. Hoy, arrancando el siglo XXI, celebremos esta cifra simbólica. ¡Brindo por ello! -dijo el talentoso teatrero, que se desperdiciaba dando clases de percusión a sordos de ritmo, y cursos de expresión corporal a cuarentonas jamonudas.

Ese día la prensa ibérica, había gritado en grandes titulares el escabroso dato. Se completaban: mil joyerías de ‘La madre Patria’, asaltadas y saqueadas por la delincuencia colombiana.

- Compañeros, gocemos por la dicha de este logro. ¡Y que no se salve ninguna joyería! ¡Brindo por ello! -dijo el justiciero ex sindicalista, que se rebuscaba la vida barriendo las basuras de los trogloditas que jugaban de locales.

Y todos brindamos. Rechinaron copas desbordantes de vino barato con sabor pastoso. Éramos colombianos, pero no delincuentes.

Cuatro desarraigados migrantes. Dos, espantados de la tierra de origen huyéndole a la hambrienta parca nativa. Dos, buscando las migajas del supuesto confort. Pero, todos cual esclavos.

Éramos, esa noche de copas, cuatro estigmatizados ‘sudacas’ que, soñando el tal ‘Edén’, afrontábamos una realidad cruzada en ocres.

- Compañeros… Por el orgullo que nos dan nuestros coterráneos malandrines, todos ellos grandes profesionales: ¡Mil joyerías desvalijas, y hasta este momento no se ha derramado una gota de sangre! ¡Brindo por ello! -dijo la ética e híper-kinética periodista, que tarjaba manos a costa de limpiar culos ajenos.

Yo [que luego huí de ese conciliábulo de evocadores, a la caza de una suerte cocida en puñadas en las callecitas que me vieron nacer], esa noche de vino con hielo y Coca-Cola y polvo de fruta savorizante, llené nuevamente las copas y, teatralizando, solicité mi brindis:

- Compañeros, si los españoles en la conquista de América se robaron nuestro oro: ¡Ahora hemos vuelto por él! ¡Brindo por ello!

3 comentarios:

taranto dijo...

Amigo de prosa barata:

No me quedó claro. Tengo una duda:

- ¿Era Usted parte de una banda de asatantes?

- O, ¿meramente festejaban en grupo fechorías de otros?

Cualquier opción lo hace culpable.
La primera, será juzgada por el juez Baltar.
La segunda que es pecado, por mi Dios, que está en el cielo bendito sirviéndole vino a Dimas y Gestas.

Anónimo dijo...

Mira qué pena brindo, brindo.

No les quiero frustrar estos sorbos amargos. Pero antes de que anochezca, les quiero recordar que los neo conquistadores de la leyenda del dorado, no han parado desde los tiempos de Colon con todo su batallón.

Repsol gerenciado por los pupilos Nicolás de Federmann, siguen perforando nuestro país.

Movistar liderado por la viuda de Jorge Robledo, acabó con la empresa que unía a los colombianos y a Colombia con el mundo.

BBVA presidido por los herederos de Francisco Pizarro, fueron quienes se fagocitaron al banco ganadero.

Banca Santander es propiedad de los hijos de Gonzalo Jiménez de Quesada.

Endesa e Iberdrola, empresas Eléctricas están controladas por los hermanos Pinzones.

Todo esto bendecido y ungido por los acólitos de Fray Bartolomé de las Casas.

El expolio continua.

Las penas no se quedan ahí, a los “recuperadores” colombianos de esos capitales en la capital del reino de España, les acaban de hacer el tocomocho unos soberbios Croatas.

Lean y verán:

Mira qué pena brindo, brindo. ¿A quién le puede pasar?

Sombrear esta dirección, pegar en el buscador de internet, le damos al enter.

http://www.elpais.com/articulo/espana/banda/birla/narcos/500000/euros/timo/escritorio/elpepiesp/20100619elpepinac_12/Tes

Brindo, brindo, brindo.

Juan de la Cosa.

Anónimo dijo...

Yo si soy muy bobita¡¡¡¡¡¡¡ con eso de hacer quedar bien a Colombia en el exterior sigo más pobre que las ratas¡¡¡¡¡