lunes, 24 de mayo de 2010

DIÁLOGO DE ZANCUDOS

Toda la Semana Santa me clavé en la finca LA GLORIA. Y en sociedad con ‘Morocho’ –mi sobrino– emprendimos proyecto huerta casera para nutrir alacenas de parentelas.


Entonces: calzar bota pantanera, desyerbar con azadón de palo largo, cercar con latas de guadua, mover boñiga seca, podar árboles viejos para despejar canícula, empujar carreta, volear machete y azadón, trazar surcos, hacer camas y semilleros, y todo lo relacionado con lo que hacían los desplazados.

El cuento es que por las noches fuerte ataque de alimañas. Una noche molidos por la faena, entré con ‘Morocho’ al cuartel que nos asignaron los patrones para el buen dormitar, y me topo con una tarántula arribita de la almohada, grande y peluda y ponzoñosa y café y del tamaño de un buñuelo de 300 pesos.

Sin conciencia ecológica le zampé un tanganazo con mi camiseta, pesada en mugre y sudores y manchas de plátano. Cayó como una plasta (y calló del todo), fragmentada y postmoderna, descompuesta, muerta de una. Fue tan intempestivo y veloz y explosivo y contundente mi gesto heroico, mi acto homicida, que ‘Morocho’ soltó una sonrisa y seguidamente emprendió relajado ronquido.

Yo me desvelé. Mi conciencia obró en lo justo. “Sicario. Matón. Plaga de los indefensos arácnidos”, sonaba en mis sesos encebollados. Y entonces, la madre natura emprendió venganza: me atacó un zancudo caleño.

Cuando sentí cerca de mis pabellones auriculares el sonido de ese asesino motorizado, encendí la lámpara. Y lo pillé en el preciso instante en que tomaba un metro de impulso para con saña ensartarme el arpón. Quería levantarme roncha y escozor y, sobre todo, venía por mi sangre azul.

Pero, sin darle tiempo, repentinamente, intempestivamente, de improviso, improvisando, le expresé con tono conmovedor:

- “Amigo motorizado, pequeño vampirito, míster glifosato: te equivocas de piel y de cuerpo. Mire nada más mi talla enjuta, mi lamentable cuerpo de pacifista hindú. Lo pongo al tanto del estado árido de mi torrente sanguíneo: tiene más sangre una ración de morcilla gallega”.

El zancudo quedó pensativo, disminuyó un tantico su aleteo, guardó un tercio de su estoque y quedó a medio metro sosteniéndose en un punto al estilo helicóptero aliado. Y le metí más rollo:

- “Amado invertebrado, genialidad de Dios, chupasangre querido, antes de que me inserte la jeringa le quiero decir una sola cosita: usted en vez de sacarme sangre debería donarme. Mire mi color, mi costillar, mi penar, mi yugular… Necesito una DONACIÓN suya. No sea malparido ni gonorrea”.

El hijueputica zancudo caleño se quedó pensativo –no sé si ofendido por el insulto o convencido por mi argumento–, breve instante que aproveché para hacer estallar mi palmada.


13 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué felicidad y qué grata sorpresa!!
Bienvenido a esta botadera de corriente que es el blog! Estaré atenta a tus escritos (y a tus ecohomicidios desalmados!) Un abrazo fuerte:=) LuisaFernanda

Fabiola dijo...

Varias cosas:
1.-Qué pasa con los zancudos manizaleños, fueron desbancados por los caleños o también han sido desplazados?????.
2.-Dulce muerte la de la alimaña. Que no se preocupen los defensores del medio ambiente con AlGore a la cabeza. Yo creo que la araña murió anestesiada por los olores que emanaban de la dichosa camiseta sudada, amén de otros olores que debían habitar con ustedes dos en esa habitación.

FRANCISCO dijo...

En la ladera del frente a La Cabaña ya no vive el escualido Zancudo de la falda de los Ceballos, sus patas y ponzoña antes gruesas por la faena en ladera e intoxicado de sangre - negra ha pasado a mejor suerte en el aplauso mortal de un victimario desesperado por la debilidad del toldillo de galeria.
Bien G. para adelante con el Blog.
Francocastaño

Unknown dijo...

Tio Gerard!! Me encanta disfrutar de estas historias!!Que se sigan repitiendo!!

Anónimo dijo...

Cuando el dinosaurio bajó de la Cuchilla Del Salado el zancudo todavía invernaba en la casa de Mamá grande.

Quiubo Blogger..., soy Flekos. Estaré vetado?

Anónimo dijo...

Cuando el dinosaurio bajó de la cuchilla del Salado, el zancudo que lo picó, todavía invernaba en la casa de la Mamá grande. Continuará..

¿Querido Blogger, ahora sí puedo publicar?

Anónimo dijo...

Cuando el dinosaurio bajó de la cuchilla del Salado, el zancudo que lo picó, todavía invernaba en la casa de la Mamá grande.

¿Qué mosca le picó al Taranto?

Se preguntaba toda "la tarantela", pues hace tiempo que no sale, hace años que no publica, hace meses que no diserta, hace mucho que no escribe ni para un remedio.

Hemos pensado que se le habrían quebrado todos los lápices de grafito de marca Calamar o que Madrigal no daba para comprar carburo y aerosoles con los cuales pintarrajear proclamas subversivas en las paredes de la límpida ciudad manizalita.

La política necesitaba un cambio de ladrones.
Los políticos tienen el arte de envilecerlo todo.
No hay pícaro sin fortuna: Santos.

Quería decir, que después de volverse baquiano en desgajar plátanos hartones tipo exportación, es bueno verlo deslizar un artículo sobre su huerta casera y la caza menor de ponzoñas.

¿Regresa el actor, el periodista, el finquero, el hacendado, el todero Gerard para relatar sus notas lánguidas, sus notas buenas?

Recordado blogger, que el espíritu de Doña Abigail y alguna mosca cojonera, lo acompañen en el regreso a la casona de Chipre viejo.

Anónimo vengativo dijo...

El día que mi para murió, yo estaba en la ventana. Un hombre le hablaba, intentando convencerlo de algo. En un descuido... zas... golpe mortal. No olvidaré la cara del hombre que lo mato, ni su olor mezcla de bota pantanera sudada, cigarrillo y tinto. Correrá sangre si vuelve por acá.

Anónimo dijo...

Uyyy que miedo¡¡¡¡Seguro que la familia del zancudo se está organizando para un asalto peliagudo¡¡¡¡ Me acuerdo de esas películas de ratas, cucarachas y bichos varios que toman venganza contra tanto maltrato y pisotón humano¡¡¡ Tendré pesadillas.

Anónimo dijo...

¿Ese zancudo calenó, actuó en la película "Fue a orinar y no pudo"?

Anónimo dijo...

La asamblea de los zancudos:
http://www.youtube.com/watch?v=nwqVtf2SjRs&feature=related
DianaLu

María Esperanza dijo...

Cheverisimo,me transporte de una a la finquita donde vivía mi tía mona, en la vereda la María cerca a chinchina,allí abundaban esos zancuditos,pero no eran caleños,o que va a saber uno desde donde venían jajajaja,adelante muchas felicidades.



Unknown dijo...

Espectacular.. Como me diviertdo demasiaod leyendote tio