
- “Mi modesta intención es alzar el hábito de las monjas y mostrar sus maiceras pasiones. Es requetesabido, que un convento es un mero closet, silvestremente es toda una sinfonía de gallos bravucones. Y si por la verdad murió Cristo, entonces yo digo que en las monjas también el verbo se hace carne, ellas no son de palo”.
UÑA Y MUGRE
ESCENA 1: Sor Nalgambrea y Sor Vigorata, juguetean entre sábanas tibias.
LAS DOS, EN CORO:
¡Arepitas pa’ papá, que se va pa’ Bogotá!
NALGAMBREA:
En tiempos del revolcón, nadie escucha misa.
VIGORATA:
Viento, viento San Lorenzo, que me reviento. ¡Ay, no!
NALGAMBREA:
En la guerra y en el amor, todo está permitido. ¡Qué trinchera!
VIGORATA:
¡No, por amor a Dios!
ESCENA 2: Sor Nalgambrea y Sor Vigorata, esculcan entre sus olorosos hábitos.
NALGAMBREA:
¡A que te cojo, ratón!
VIGORATA:
¡A que no, gato ladrón!
NALGAMBREA:
Ver para creer, dijo Santo Tomás.
VIGORATA:
Ver y no tocar, se llama respetar.
NALGAMBREA:
Ver para creer y para no errar tocar.
LAS DOS, EN CORO:
¡Se juntaron el hambre y la gana de comer!
ESCENA 3: Sor Nalgambrea y Sor Vigorata, físicamente pelean.
NALGAMBREA:
¡Gorda bruscota!
VIGORATA:
¡Langaruta asquerosota!
NALGAMBREA:
¡Gorda barril sin fondo!
VIGORATA:
¡Flaca chuzuda, fea y puntuda!
NALGAMBREA:
(Dirigido a Usted, lector) Esta es tan gordotota, que el Ángel de la Guarda tiene que dormir en cama aparte.
VIGORATA:
(Dirigido a Usted, Lector) Esta es tan langarutota, que tiene más carne un pedo de vigilia.
NALGAMBREA:
(Dirigido a Usted, Lector) Esta arepona grasosa tiene tanta fuerza que sopla un novillo por el culo y le hace enderezar los cachos.
VIGORATA:
(Dirigido a Usted, Lector) Esta cacorra esqueletosa es más fea que un pecado mortal en pelota.
ESCENA 4: Sor Nalgambrea y Sor Vigorata, toman aire y van a un segundo round.
NALGAMBREA:
Está la carne en el garabato por falta de gato...
VIGORATA:
Este huevo quiere sal...
LAS DOS, EN CORO:
¿Qué se va a hacer cuando el almuerzo es yucas? ¡Comérselas, aunque sean malucas!
ESCENA 5: Sor Nalgambrea y Sor Vigorata, se intimidan de momento.
NALGAMBREA:
¿Y por qué tanta escama, mija?
VIGORATA:
El qué dirán, Sor Nalgambrea.
NALGAMBREA:
¿El qué dirán? ¿Quiénes, Sor Vigorata?
VIGORATA:
(Señalándolo a Usted, Lector) Los límpidos ojos que nos fisgonean.
NALGAMBREA:
Fresca, Vigoratina. Son los que menos autoridad tienen para censurarnos. La masa recatada, compra objetos para saciarse.
VIGORATA:
Sí, Nalgambita. Pero debe ser escandalizante para la piadosa gente, el vernos estar de tigo y de migo y de mano cogida. Sería justo, aclararles que...
NALGAMBREA:
¡Ah, ya te pillo! (Al Lector) Pues sepa Usted que nosotras nos nutrimos con los misterios gozosos. Hacemos parte de una congregación de hondo espíritu postmoderno. Tendencias del siglo. La teoría del caos. Somos de avanzada.
VIGORATA:
(Al Lector) Descondone sus neuronas y medite sobre los males erectos... que engendran la fuerza del ocio y la deprimente soledad que encierra un convento.
LAS DOS, EN CORO:
¡La ociosidad es madre de todos los vicios! ¡Sintonízate... mentalízate... conéctate, bizcocho!
ESCENA 6: Sor Nalgambrea y Sor Vigorata, finalmente se remiten a lo suyo.
VIGORATA:
Detrás de la cruz está el diablo.
NALGAMBREA:
¡Recemos!
VIGORATA:
La que inocentemente peca, inocentemente se condena.
NALGAMBREA:
Yo pecador me arrepiento…
VIGORATA:
Dejemos la devoción, que primero está la obligación.
NALGAMBREA:
Para morir, vayámonos enfermando.
VIGORATA:
Que se muera de hambre, pero no de sed.
LAS DOS, EN CORO:
¡Ahhh…!