Mercedes Valencia: Hermosa barda. El mes pasado te di un beso sin resquemor. Pese a que olías a mil demonios, poco importa cuando la ternura sale de las entrañas.
Hoy, esculcando en mis papeles, encontré un texto que me escribiste, una noche de tormenta. Lo apuntaste en una hoja manchada en orines. Con un mocho de lápiz. Tenías los dedos quemados por el bazuco. Tú me diste el acróstico, y yo te di un pan de 100. ¡Soy un estafador!
Foto: Atardecer Manizalita, María Olga Quintero Castro
Ganarte estando
mi corazón herido
En este camino
que es la vida
sin ostentaciones
como sos vos
Reír en tu regazo
como si mis primaveras
(¡comprendés!)
no hubieran sido rotas
por el descuido amor
que yo te entrego
Ante mi soledad
que espero sea
el mejor regalo
que te entrego
quiero que seas mío
Rojo es el cielo sin ti
como si la grama
tuviera un sentimiento
Desde el recóndito lugar
del mundo y la ilusión
de que tu amor me colme
O es que mi corazón
es tu casa
(Mercedes Valencia, 1999)
2 comentarios:
Sin comentarios...Sentimientos solamente¡¡¡¡
Fabiola.
Sí, entiende uno bien la estafa...
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